CÓMO CONVERTIR UN GRANITO DE TRIGO, EN UNO DE ORO.

(Por Rosa María Ordaz)

 

Un poema del famoso filósofo indú Rabindranath tagore; describe la triste y amarga historia, de una ilusión que aparentemente lleno de felicidad el corazón de un méndigo, pero su avaro pensamiento lo llevo a arrepentirse y a llorar desconsoladamente todos los días de su vida.

A continuación narro la historia: un pordiosero pedía limosna de casa en casa, de pronto apareció un carruaje precioso en la calle, él, se preguntó; quién sería ese rey de reyes, su anhelo voló alto hasta el cielo, al pensar que sus días de miseria acabarían, ya que seguramente el corazón clemente de ese hombre millonario tendría algo digno y valioso para él. Su sorpresa fue en grande, pues el hombre de la elegantísima carreta se detuvo frente al pobre, extendió su mano y le dijo: – ¿Tienes algo para mí? – , el desventurado, desconcertado, pensó para si mismo; – ¡ah, que ocurrencia, la tuya realeza – , pedirle a un necesitado como yo!

Enseguida metí mi mano al morral, de todo lo que estaba dentro; sólo saque un granito de trigo y te lo dí. ¡Oh! Que estupor tan grande cuando por la tarde al vaciar mi bolsa al suelo, de la miseria del montón encontré un granito de oro. ¡Qué amargamente lloré de no haber tenido corazón para dártelo todo!

Esta moraleja ilustra de una manera extraña, el resultado de un corazón avaro y otro tremendamente generoso. Pone a prueba de forma perturbadora, virtudes tales como la gratitud, humanidad, desinterés incondicional por parte de los protagonistas.

La Biblia relata la historia de una viuda pobre que dio todo lo que de su pobreza tenía, mientras que los otros presentes en el escenario de la mujer, dieron de lo que les sobraba.

Otro pasaje bíblico, menciona el encuentro del profeta Elias con una mujer viuda ,a quien; él, le pide agua, mientras ella va en busca del agua; Elías también le pide pan, ella contesta, – sólo me queda un poco de harina, poco aceite en la jarra, es todo lo que tenemos mi hijo y yo – . esta viuda añade en su dialogo con Elias que con lo poco que le quedo, va a preparar un pan para luego morir de hambre su hijo y ella.

El profeta, aún, así; incite que haga pan y lo comparta primero con él, dado que si ella accede a dar lo último que tiene, jamás le faltará el aceite y la harina, no morirá de hambre con su hijo. “en pocas palabras” siempre estará rodeada de la abundancia, nunca le faltará nada.

La virtud de la generosidad quiere bendecirnos, para ello, pone a prueba nuestro corazón, en la medida que me desprendo de lo que tengo, para darlo a los demás particularmente a los necesitados, en esa escala o más recibo abundancia, riqueza.

El mendigo sólo encontró un granito de oro, sin duda, él tenía más granos, le dolió soltar de su escases e indigencia, nunca imagino que su egoísta actitud ,de atesorar y de no compartir con alegría su pobreza, esto le llevo a perder su oportunidad de volverse doblemente rico en dos dimensiones; espiritual y materialmente hablando. Mayores informes www.grandezaydignidad.org , You tube programa “Testigos de la Verdad” canal ¨Mundo Católico”, You Tube canal “Rosa María Ordaz” , Facebook Rosa María Julia Ordaz, Instagram rosa_m_ordaz, Twiter @RosamariaOrdaz5, e mail rossamaary@hotmail.com

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