(Por Rosa María Ordaz)
Los mensajes de la Virgen de Garabandal anticiparon; catástrofes humanas y universales, ejemplo: el “COVID” 19. María, implora con su corazón de Madre, “Sean buenos”. El mal se combate con el bien. Si hubiésemos escuchado a una Madre que ama, y actuado a tiempo, miles de hombres y mujeres; entre ellos, algunos de nuestros seres queridos hoy, estarían vivos. Reconfigurémonos como hijos de Dios.
A manera de encuesta, entreviste varias personas de distintas esferas sociales, entre ellos: abogados, médicos, ingenieros, líderes religiosos con diferentes carreras, principalmente colegas periodistas, quise percibir su opinión; acerca de la tragedia global del coronavirus. La mayoría refirió como responsable de esta mortandad, al “nuevo orden mundial” (control de humanidad, de economías, lucha de poderes, virus creado como guerra bacteriológica etc.). Sin embargo, moralmente hablando, muchos se inclinaron y coincidieron desde la voz de sus conciencias, a definir esta pandemia, como el resultado de nuestros actos humanos; debido al permisivismo salvaje y anti-natural, el cual, como sociedad, hemos permitido; valga la redundancia, en nombre de “los derechos humanos”. El COVID19 saco lo más valioso de nosotros en virtudes; pero también mostró lo más cruel del ser humano, basta ver las cifras de muertos en el mundo.
Retomo la frase: es el “resultado de nuestros actos”, es un ¿Castigo? Normalmente el ser humano necesita ser sancionado al transgredir normativas cívicas, ordenamientos jurídicos. La corrección también incluye desde la óptica ética, a quienes infligimos leyes universales o derechos naturales. Significa que reconocemos la punición como parte de nuestras acciones, vinculado a la ignorancia, o sedación de conciencias que nos orilló a permitir conductas monstruosas: guerras, bullyng verbal, físico, aborto, legalización de drogas… y más.
Usted, yo, tenemos el compromiso de trabajar cada día por una humanidad y un planeta mejor. Pareciera difícil cumplir este cometido, en medio del caos de antivalores y violencia en el que existimos; no obstante, nos transformamos en potentes instrumentos de cambio a través de una oración. Interceder por el cese de la contaminación del alma del hombre, la corrupción, el fin del coronavirus… una plegaria o miles se convierten en acciones, virtudes poderosas contra las fuerzas oscuras que destruyen nuestras familias, matrimonios, sociedad a través de modas y un sin número de prácticas aberrantes.
Como periodista me impacto uno de los mensajes manifestados por la Virgen de Garabandal, a las niñas videntes en el año de 1961, a continuación, uno de ellos: – “antes la copa se estaba llenando, ahora, rebosa de tanta maldad” -, significa que desde ese entonces ya estaba repleta. En la década de los 60´s, por medio de estos avisos fuimos alertados a redi-reccionar nuestras vidas, a reconfigurarnos como humanidad. Se hizo caso omiso a tan valiosa oportunidad. Qué podíamos esperar para el 2020 ¿Metafóricamente hablando cómo está el vaso en el siglo XXI? Nos hemos destruido, depravado como hijos de lo más excelente y sublime, Dios. Fuimos desarraigados de nuestro linaje, perfección y heredad.
Esta pandemia, sacudió todo sistema y ámbito social. A muchos nos quitó la venda de los ojos, la que nos impedía ver el grado en que algunas ideologías insensibilizaron nuestras conciencias, arrancándonos la vida y la salud en pedazos, alejándonos de la verdad. Otra de las misivas de la Virgen de Garabandal que me sorprendió profundamente: – “Los amo mucho y no deseo que nadie se pierda”-. Si hubiésemos escuchado a una Madre que ama, y actuado a tiempo, miles de nuestros seres queridos hoy, vivirían. Se nos imploró convertirnos, transformar nuestros destinos, orar, cultivar virtudes. Nos proporcionaron las armas y recursos de inteligencia celestial para blindarnos contra toda enfermedad, guerra, pandemia terrorismo, ante todo, la violación a nuestra dignidad e identidad más profunda, “la espiritual”, con la cual hirieron, mataron nuestra alma y aniquilaron la luz de esperanza que nos conecta a la verdad, la belleza y la gloria de Dios, patrimonio de Él, por derecho y por justicia nuestro.
El origen de este mal del siglo se debe a, un sinfín de violación a principios éticos – universales. En mi artículo “coronavirus, no estamos vencidos, “renaceré” resucitaremos” apunté, la necesidad de pedir perdón a Dios por la corrupción, el crimen organizado, aborto… para sanar nuestro planeta tierra, nación, matrimonios, el corazón de los hijos, familias… este es un buen principio global, para recomenzar, erradicar la maldad y esta enfermedad global. Mayores informes, seminarios y conferencias relacionadas con el tema www.grandezaydignidad.org, You Tube “el esplendor de la palabra” Rosa María Ordaz “Mundo Católico”, Rosa María Ordaz IVOOX, Facebook Rosa María Julia Ordaz,
Entrevisté al Arq. Ángel Díaz Bonnnet experto en apariciones y Santuarios Marianos. El contenido de la conversación con él, nos da una luz y visión muy profunda de la continuación de los mensajes de la Virgen de Garabandal, conectados a Fatima y otros… Da respuestas a los por qué, de los contextos religiosos, políticos, económicos, científicos etc. del siglo XXI