CADENAS DESTRUCTIVAS GENERACIONALES

(Por Rosa María Ordaz)

 

Relato la biografía conmovedora y aleccionadora de Michael,  “Cadenas generacionales”; es la vivencia de un joven de una ciudad en USA. Lo definí así, por la magnitud de esos eslabones familiares destructivos  trascendentes en la vida de la persona. El nombre del protagonista de mi historia ha sido cambiado.

Michael es un joven de 25 años, él, me busco para hablar conmigo, después de finalizada mi ponencia.

Le pregunté ¿qué puedo hacer por ti? – Él contestó, quisiera hablar con usted, soy un hombre muy inseguro, constantemente tengo miedo al tomar decisiones, dejo las cosas inconclusas, estudios, trabajo, compromisos – .

Rápidamente le pregunté ¿Tienes problemas de alcoholismo o drogas? – Él asintió con su cabeza,  sí. –  lo interpele por tercera vez para decirle, podrías hablarme algo de tu infancia.

Michael describió su niñez: – soy el mayor de mis hermanos, siempre me sentí con la responsabilidad de protegerlos de la violencia intrafamiliar en la que vivíamos, también a  mi madre. Mi padre es alcohólico, el ambiente que respiré desde pequeño, fue sólo violencia. Mis hermanitos y yo  nos escondíamos debajo de la cama, así crecí. Llegó la etapa de mi juventud, los amigos; el alcohol, drogas; aquí desahogue toda mi frustración e impotencia reprimidas: siempre quise sentirme amado y aceptado por mi papá; también por mí mamá.

Su conferencia me hizo reconocer; que mi escape y refugio fueron los vicios mencionados y otros. Tengo mucho resentimiento a mi padre, lo quiero, pero al mismo tiempo lo odio por la vida que nos dio, él, con su machismo y alcoholismo destruyo mi vida. Siento mucho rencor hacia mi mamá, nunca tuvo el valor de separarse del hombre que la daño terriblemente – .

Interrumpí a Michael para hacerlo reflexionar en dos profundidades: efectivamente él era resultado del contexto familiar en el que creció; le enfaticé que estábamos a tiempo de revertir lo aparentemente irreparable en un destino esperanzador y cancelar su pasado para que  pudiera encontrar su paz, seguridad y realización.

Michael, resalté; necesitamos iniciar por la comprensión hacia tus padres, razonar que la infancia de ellos, había sido parecida  a la de él, o tal vez más sufrida.  Sus progenitores sólo le dieron lo que ellos recibieron de niños. Analizamos su árbol genealógico de Michael, él descubrió que su bisabuelo fue igual a su Padre, y  lo más peligroso, que él, sin darse cuenta ya estaba dentro de ese patrón  o eslabón de alcoholismo, violencia, ya era víctima de éstos desordenes, tenía también problemas de machismo y violencia física hacía las mujeres. Fue duro y a la vez aleccionador para Michael entrar en conciencia e  identificar; se estaba pareciendo sin querer a su papá.

Es vital perdonar a nuestros padres, comprender que ellos también fueron víctimas de generaciones que los hirieron, nadie elegimos a nuestros papás; pero sí somos responsables de lo que amamos, de lo que hacemos, del sufrimiento, al estar conscientes de nuestra carga patológica espiritual que traemos; por medio de la razón, la voluntad, la humildad podemos revertir nuestros destinos. Lo más sorprendente, tu pasado, dependiendo de ti, es el mejor instrumento para transformarte en un ser excelente. Ésta visión  la embellecerá paulatinamente Dios.

 

Michael acogió este mensaje con voluntad y gratitud,  quiso perdonar, pedir perdón, cambiar para no repetir (los llamados también patrones, normas, anclas, cadenas generacionales) de sus padres y antepasados. Este es un maravilloso comienzo para cualquier tratamiento terapéutico.

 

 

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