LAS HERIDAS DEL PASADO DOMINAN NUESTRO PRESENTE

LAS HERIDAS DEL PASADO DOMINAN NUESTRO PRESENTE

AMIGOS 01

Por Rosa María Ordaz

 La escritora, doctora en pedagogía Jutta Burggraf de la universidad de Koln, y doctora en teología por la universidad de Navarra, así como los doctores, escritores  Deepak Chopra y el eminente psicólogo Tym La Haye  a través de algunas de sus obras relacionadas con mi artículo de hoy, nos muestran que el hilo conductor de nuestro presente son las heridas del alma, “las heridas del pasado dominan nuestras actitudes y nos separan de los demás”

La dignidad humana va en decadencia y se encuentra en crisis, una de las principales causas del declive del valor del ser, aunque usted no lo crea es el resentimiento que se ha ido anidando y se va anidando en el interior del hombre; la causa de esta emoción resentida es el resultado de los desencantos y reveses de la vida. ¿Ha oído usted hablar de las heridas del alma? Las  heridas del alma son los recuerdos dolorosos, los temores, los sentimientos impotentes, deseos y expresiones que quedaron reprimidos a lo largo de los años en el plano de la conciencia del hombre, los sentimientos anteriores paulatinamente se fueron quedando ocultos; a este estado interior de la persona Sigmund Freud lo define el inconsciente.

Freud también analiza y habla de  los pensamientos en los que el hombre se centra y concentra en ellos, los llama como anteconscientes o preconscientes. El psicólogo suizo Carl Jung añade que el inconsciente de igual manera esta conformado por el inconsciente cultural, el inconsciente cultural es una serie de factores heredados y estos elementos  sumados al familiar lo denomina ámbito colectivo.  Hoy nos enfocaremos al inconsciente.

Precisamente porque el inconsciente es quien gobierna imperceptiblemente el comportamiento, la voluntad, el presente y por consecuencia afectará el futuro de nuestra vida. Debido a esta causa es vital curar, sanar las heridas entrañables originadas por las distintas experiencias dolorosas físicas y morales. Tal dolor nos ha originado tristeza, la tristeza ha desencadenado desconsuelo, abatimiento, angustia la concatenación es decir la sucesión de sentimientos frustrados justificaron el amargor o amargura, la amargura a su vez justificó a la hostilidad, la hostilidad a los celos, los celos a la envidia, la envidia al egoísmo; el egoísmo justificó el resentimiento, el resentimiento al rencor, al odio, el odio es causa de violencia intrafamiliar, la violencia intrafamiliar conlleva a la falta de perdón las dos últimas desarrollan en la persona actitudes de rebeldía ante la vida, ante los progenitores, ante el creador. A causa de este descontentamiento y frustración el ser humano juzga, acusa, critica y desvaloriza a los otros desde sus heridas.

Estimado lector las heridas del alma, la falta de perdón, son causa de vacíos, depresiones y adicciones en el hombre. La palabra perdón significa liberar, soltar, desatar, lo invito a liberarse en el buen sentido de la palabra; a liberarse gracias al autoconcimiento de usted mismo pero sobre todo al  amor y el perdón, el primor de las virtudes del amor y el perdón nos llena de esperanza  y perfecciona.

 

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