ESPÍRITUS JÓVENES VIDAS EN PLENITUD A LA LUZ DE LA CRUZ

 

 

(Por Rosa María Ordaz)

No soy mi cuerpo; soy más mi espíritu, el cual es inmune a la entropía, al dolor y a la vejez, éste se renueva y resucita en la medida en que me libero de los condicionamientos del mundo; (ego, ideologías, mentira, antivalores). He aquí la culminación gloriosa de la expresión del Ser eterno confirmado por  Albert Einstein y Rita Levi Montalcini premio nobel de medicina. El espíritu que renace a la verdad y al amor de Cristo.

Científicos y humanistas coinciden: el alma o, el espíritu están armoniosamente sincronizados con el sistema nervioso central y, éste último con el sistema inmunológico los cuales a su vez están conectados con nuestra mente. Esta maravillosa sinfonía tiene que ver con la salud espiritual  física y con el proceso de envejecimiento de la persona.

 

Jesucristo es alivio de nuestras heridas, perfección de nuestro Ser, paz en nuestro corazón, juventud de nuestra alma y primavera del espíritu.

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